Para prevenir los ataques de corazón en los pacientes de riesgo, actualmente se hace que la sangre sea más fluida. Esto se consigue con fármacos; Rongjia Tao, catedrático de física de la Universidad Temple de Estados Unidos ha conseguido que la sangre sea menos espesa, aplicándole un potente campo magnético durante un minuto.
Tao aplicó, a gran cantidad de muestras de sangre, un campo magnético de 1,3 Tesla ( más ó menos la cantidad que se aplica en una resonancia magnética) y comprobó que el magnetismo polariza los glóbulos rojos haciendo que se amontonen y formen cadenas cortas. Como estas cadenas son más grandes que glóbulos individuales, fluyen por el centro de los vasos sanguíneos, haciendo que el rozamiento con las paredes de las mismas sea menor, y la sangre circula más fácilmente.
Después de retirar el campo magnético, la sangre, poco a poco, vuelve a la fluidez normal.
Se confía que con el tiempo, este sistema se aplique a los pacientes.
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